“Roca navegante” en Racetrack Playa, Death Valley, California
© Patrick Walsh/Getty Image
Rocas en movimiento. El misterio de las rocas viajeras
Esa roca que aparece en nuestra imagen de hoy no se mueve sola. Y tampoco ha llegado hasta allí rodando tras desprenderse de las montañas que hay al fondo. Estamos en el californiano Death Valley, uno de los lugares más calurosos del planeta, donde además las piedras parecen tener vida propia. Las llaman ‘rocas viajeras’, porque por increíble que parezca se desplazan por el lecho seco del lago Racetrack. Y al hacerlo dejan un rastro tras de si que indica el camino que han seguido.
Las primeras se descubrieron a comienzos del siglo XX y como nadie entendía el motivo por el que se movían, surgieron multitud de teorías descabelladas al respecto. Algunas, relacionadas con explicaciones sobrenaturales. Hasta que finalmente en 2014 un equipo de científicos resolvió el misterio utilizando la técnica fotográfica del 'time-lapse' o cámara rápida, que se utiliza para capturar movimientos imperceptibles para el ojo humano en tiempo real.
Gracias a ello descubrieron que se movían muy lentamente y debido a una combinación de factores y elementos, como el hielo, el agua y el viento. Como hemos dicho, este lugar es una caldera durante el día, pero por la noche, sobre todo en invierno, la humedad que flota en el ambiente llega a congelarse, formando una fina capa de hielo que, al derretirse cuando amanece, se desprende del suelo, permitiendo que las rocas se deslicen sobre él gracias al viento que en determinadas épocas del año sopla con fuerza. Es decir, que las piedras navegan literalmente por el desierto. Fascinante, ¿verdad?