El volcán Anak Krakatoa en plena erupción, Indonesia
© Martin Rietze/Alam
En el anillo de fuego. La explosión que se oyó a 5.000 kilómetros
A finales de agosto de 1883, la isla de Krakatoa, en el estrecho indonesio de Sonda, experimentó una de las erupciones volcánicas más violentas y devastadoras de la historia moderna. La explosión borró literalmente del mapa dos tercios de su superficie y se escuchó a más de 5.000 kilómetros de distancia. Todavía hoy sigue siendo el sonido más atronador del que hay registros. Aquella sacudida desató un maremoto que arrasó buena parte de la región y acabó con la vida de 36.000 personas. La temperatura global descendió bruscamente y el cielo se oscureció en el cinturón de fuego. Las puestas de sol se tiñeron de rojo y la luna, de azul y verde debido a las partículas volcánicas que durante años permanecieron en la atmósfera.El volcán que vemos en nuestra fotografía de hoy emergió de las ruinas de aquel gigante que explotó sin previo aviso. El Anak Krakatoa, o “Hijo de Krakatoa”, comenzó a elevarse en 1927 con cíclicas expulsiones de lava que le hicieron alcanzar los 400 metros de altura en 2017. Un año más tarde sufrió un derrumbe que lo redujo a tan sólo 100 metros y provocó un nuevo tsunami que se llevó 400 vidas más. Aunque todavía no puede considerase tan destructivo como su antecesor, su intensa actividad es inquietante. El "Hijo de Krakatoa" crece a un ritmo de cinco metros anuales.