Flores de azafrán
© Juan-Carlos Munoz/Minden Picture
El "oro rojo". El azafrán de La Mancha
La localidad toledana de Consuegra celebra estos días la Fiesta de la Rosa del Azafrán, que coincide con la cosecha de esta delicada especia. El azafrán que se produce aquí es uno de los mejores que se pueden encontrar en el mercado. Eso se debe a la variedad de la flor que se cultiva en La Mancha, que tiene los estigmas rojos, pero también a que aquí tuestan los pistilos ligeramente en vez de dejarlos secar al sol. Prueba de la calidad que se obtiene es que este azafrán sólo se comercializa en forma de hebras y nunca molido.
Para extraer los tres pistilos de cada flor hay que tener buena vista, mucho pulso y rapidez, porque una vez las flores se han abierto, apenas hay dos semanas para mondarlas o las hebras se estropearán. Es un trabajo muy laborioso, para obtener medio kilo de producto se necesitan alrededor de 100.000 flores.
El azafrán es una de las especias más antiguas que existen. Hay referencias a su uso desde el año 2.300 antes de Cristo y, además de ser un manjar, tiene numerosas propiedades medicinales y un toque afrodisíaco. A España llegó con los árabes que fundaron el Califato de Córdoba a mediados del siglo X. Actualmente, las mayores explotaciones se encuentran en Castilla la Mancha, aunque también se cultiva en Cataluña, Aragón y la Comunidad Valenciana.