Sitio arqueológico Naqsh-e Rustam cerca de Persépolis, Irán
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“Ciudad de los Muertos”. Día Internacional de la Arqueología
Naqsh-e Rostam es una antigua necrópolis tallada en las montañas del suroeste de Irán, un ojo de buey en una de las primeras civilizaciones que florecieron en la antigua Persia. Las tumbas de cuatro reyes aqueménidas (puedes ver tres de ellos aquí) están marcadas por relieves rocosos tallados muy por encima del suelo en la cara del acantilado. Este sitio y el área que lo rodea son de gran importancia para la historia de Irán y su gente. También son un brillante ejemplo del papel que juega la arqueología en la comprensión de nuestro pasado. El tercer sábado de cada octubre hacemos una pausa para celebrar y reconocer las contribuciones de los arqueólogos como intérpretes de la historia humana.
Una necrópolis es un complejo de tumbas y terrenos funerarios, traducido literalmente como "ciudad de los muertos". Está cerca de la ciudad de Shiraz en la provincia de Fars. Una de las tumbas está identificada por una inscripción como el lugar de descanso de Darío I, también conocido como Darío el Grande, y se cree que las otras son las tumbas del hijo de Darío, Jerjes I, Artajerjes I y Darío II, líderes durante el Dinastía aqueménida del 522 al 330 a.C. Naqsh-e Rostam también alberga tallas en relieve que representan reyes del último Imperio Sasánida, el último imperio iraní antes de las conquistas musulmanas de los siglos VII y VIII. A solo unos cientos de metros de distancia se encuentra el sitio arqueológico conocido como Naqsh-e Rajab, con más grabados rupestres que representan a tres reyes sasánidas y un sumo sacerdote. Si bien estas civilizaciones se han desvanecido, lo que crearon perdura como un registro permanente de la historia humana.