Cascada en el Río Arazas en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Pirineos, España
© David Santiago Garcia/Cavan Image
Una frontera natural. Río Arazas, Pirineos, España
Llamativos en cualquier época del año, pero especialmente hermosos en los años en que la calidez del verano se prolonga hasta el otoño, los Pirineos han servido como frontera natural entre la Península Ibérica y el resto de Europa desde que las primeras civilizaciones se establecieron allí. Situado en el centro de la sierra, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido fue creado en 1918 y ampliado en 1982. Hoy es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Con acantilados escarpados y valles profundos y verdes, el parque es el sueño de un fotógrafo, con un paisaje marcado por formas geológicas notables y diversas ecologías formadas por los cambios drásticos de elevación de los Pirineos. La comarca alberga varias especies que solo se pueden encontrar aquí, como el rebeco y el desmán pirenaicos o topo de agua. El mamífero considerado el más raro e importante de la región, el bucardo o cabra montés de los Pirineos, se extinguió en enero de 2000 a pesar de los esfuerzos de conservación.