Faro de Pemaquid Point, en la agreste costa de Maine
© Tom Whitney/Adobe Stoc
Afilada como un colmillo. El faro que se vino abajo pero sigue en pie
Hoy estamos de paseo por los roquedales que rodean el faro de Pemaquid Point, en Damariscotta, porque hace 200 años el territorio de Maine se convirtió en el vigésimo tercer estado de la Unión. Hablamos evidentemente de Estados Unidos. Maine cuenta con aproximadamente 8.000 kilómetros de una costa rocosa y afilada como los dientes de un tiburón. Por eso quizá a lo largo de su litoral se reparten decenas de faros, de los cuales, el de Pemaquid es uno de los más conocidos, en parte porque tiene una interesante historia detrás.
Lo ordenó construir el presidente John Quincy Adams en 1827, pero en 1835 hubo que tirarlo abajo y volverlo a levantar porque en el primer diseño se utilizó agua salada para ligar el mortero de arena y cemento, así que a los pocos años la estructura comenzó a resquebrajarse. A pesar de ello, o quizá por ese motivo, los habitantes de Maine lo escogieron como emblema para sus monedas de cuarto de dólar.
Si algún día vienes hasta aquí, es probable que quieras subir por su escalera de caracol a echar un vistazo desde allí arriba. La vista de la agreste costa que lo rodea te dejará sin aliento. Y además podrás ver una lente Fresnel original del siglo XIX, porque si las cosas funcionan, y esta lo hace, para qué cambiarlas.