Patinando por los canales de Kinderdijk, Países Bajos
© Lourens Smak/Alam
Diversión sobre el hielo. Un país bajo el nivel del mar
Viajamos hoy hasta Kinderdijk, en los Países Bajos, para patinar entre molinos de viento. Cada invierno, cuando bajan las temperaturas, los canales se congelan y los holandeses salen a divertirse sobre el hielo. Tienen kilómetros y kilómetros de pista que incluso les permiten ir de un pueblo a otro deslizándose.
Los canales son parte del paisaje en este país, y la mayor parte de ellos son navegables. También son imprescindibles porque, junto a un complejo sistema de diques y esclusas, mantienen las ciudades a flote, ya que la mayor parte del territorio se encuentra bajo el nivel del mar. Se construyeron hace siglos, como los molinos que aparecen en nuestra fotografía y que antiguamente bombeaban el agua para drenar el terreno y hacerlo habitable.
Hoy en día, ese trabajo lo hacen varias estaciones de bombeo mucho más modernas y el país ha conseguido ganarle un valioso terreno al mar. Los molinos de Kinderdijk son quizá los más representativos de todo el territorio, joyas de la ingeniería civil que representan la dura batalla de supervivencia que libra esta nación contra el nivel del agua desde hace cientos de años. Se puede decir que forman parte de la identidad del pueblo holandés, y en 1997 entraron también en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.