Cristal de hielo
© TothGaborGyula/Getty Images Plu
Nunca verás dos iguales. Nunca verás otro igual
Esta macrofotografía de un cristal de hielo muestra la estructura de seis puntas que hoy todos asociamos a los copos de nieve. Aunque durante siglos, estos fueron un misterio. No supimos cómo se formaban hasta finales del siglo XIX, cuando apareció esta técnica fotográfica. Antes se había intentado estudiarlos al microscopio, pero era prácticamente imposible, ya que la nieve se fundía demasiado rápido.
Uno de los primeros que consiguió tomar una instantánea que aislaba un cristal de hielo fue Wilson “Copo de nieve” Bentley, un granjero y científico autodidacta de Vermont que además era un apasionado de la fotografía. Durante toda su vida, Bentley tomó 5.000 imágenes de este tipo, lo que le permitió constatar que cada copo de nieve era único, aunque todos siguieran el mismo patrón.
En teoría esto no quiere decir que no puedan existir dos idénticos, pero en la práctica resulta sumamente inverosímil, ya que, como apuntó Bentley, existen cientos de variables que afectan a la forma de los cristales de nieve cuando se precipitan desde el cielo. Algunas de ellas son la altitud, la temperatura y la humedad atmosférica, además del tiempo que pasan en el aire.