La Torre Guaita, en San Marino
© Piercarlo Abate/Shutterstoc
El país que nació en una capilla. La “serenísima” San Marino
El origen de San Marino es incierto, aunque la cultura popular atribuye la fundación de este minúsculo Estado incrustado en Italia a Marino “el Dálmata”. Marino fue un maestro cantero procedente de la Isla de Rab, en la actual Croacia, que en el siglo III se instaló en Rímini. Pasó allí doce años, hasta que en el 301 D.C se vio obligado a esconderse, huyendo de la persecución contra los cristianos que había ordenado el emperador Diocleciano. Se refugió en el monte Titano que aparece en nuestra fotografía. Y en su cima, construyó una iglesia en torno a la cual nacería una comunidad religiosa que fue creciendo hasta convertirse en el país que hoy conocemos con sus tres emblemáticas torres.Según esa versión, San Marino cumple hoy 1.718 años, aunque no fue reconocido como Estado independiente hasta 1815. Actualmente existe como república parlamentaria (la Serenísima República de San Marino) y tiene una de las formas de gobierno más peculiares que existen, con dos jefes de Estado, o capitanes regentes, que se eligen cada seis meses. Juntos gobiernan uno de los países más pequeños del mundo. San Marino tiene apenas 61 kilómetros cuadrados, en los que además hay ocho picos montañosos, y una población que no supera los 33.000 habitantes.