Girsol
© Dileep Chandran/Alam
Naturaleza, arte y... ¿matemáticas?. Día de Fibonacci
El girasol llama la atención, crece hacia el cielo y canta brillantemente el verano sin importar la época del año. Helianthus annuus es originario de las Américas, y su inflorescencia en realidad está formada por flores más diminutas que maduran hasta convertirse en semillas (y, por supuesto, se las comen en todo el mundo). Pero, ¿sabías que los girasoles también dan vida a una de las maravillas matemáticas de la naturaleza?
El hermoso girasol muestra sus semillas en dos espirales de semillas que giran y se curvan en direcciones opuestas, desplegándose desde el centro hasta los pétalos dorados. Si mapeara cualquiera de esas espirales en un gráfico, seguirían de cerca la secuencia de Fibonacci (1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21…), donde agrega un número al anterior para obtener el siguiente número Si bien la famosa fórmula espiral se atribuye a Fibonacci, el genio de las matemáticas italiano del siglo XIII, los estudiosos de la India describieron la secuencia siglos antes que él, y probablemente tampoco fueron los primeros en descubrirla. Pero independientemente de la historia de origen, cada 23 de noviembre (23/11... ¿entiendes?) celebramos la serie infinita conocida como la secuencia de Fibonacci.