Ciudad vieja de Berna, Suiza
© Simon Zenger/Alam
Un otoño sin Zibelmärit
Pasear por el centro histórico de Berna es como dar marcha atrás en el tiempo hasta la Edad Media. Lo que hoy se conoce como la ciudad vieja de la capital suiza comenzó a construirse en el siglo XII y no paró de crecer hasta bien entrado el XV, con sucesivas ampliaciones que empujaban las murallas y los fosos que protegían el casco urbano hacia el oeste para hacer sitio a los nuevos barrios.
En la actualidad ya no existen barreras defensivas y en su lugar hay espacios públicos abiertos, plazas y bulevares en los que se asientan cafés y se montan y desmontan mercados tradicionales. Como el de Zibelmärit, uno de los más populares, que se instala el cuarto lunes del mes de noviembre y está dedicado exclusivamente a las cebollas.
Se trata de una tradición que se remonta a 1850 y que durante un día congrega en las calles a miles de personas llegadas de todo el país. Este año, debido a la pandemia, se han cancelado todos los festejos para evitar las aglomeraciones. Aunque estamos seguros de que los berneses seguirán celebrándolo en sus casas con los típicos Zwiebelkuchen, pasteles de cebolla con speck, cocinados al horno y sazonados con comino y enebro, mientras se toman una copa de vino blanco.