Bueyes almizcleros cerca de Prudhoe Bay, Alaska
© Oliver Smart/Alam
Combate cuerpo a cuerpo. El milenario buey almizclero
Os presentamos al buey almizclero, una especie milenaria perfectamente aclimatada al frío. Es capaz de sobrevivir en condiciones climáticas extremas y encontrar comida donde otros animales se morirían de hambre. Las bajas temperaturas del Ártico no son un problema para él porque cuenta con un pelaje de doble capa que por fuera es largo y fibroso y por dentro, suave y tupido, más caliente que la lana y más suave que el cachemir.
Los bueyes almizcleros se llaman así porque los machos desprenden un fuerte olor durante la temporada del celo que emana de unas glándulas situadas bajo sus ojos. Su habitat natural desde hace miles de años es la tundra, y se alimentan principalmente de raíces, musgos y líquenes. En 1920, estuvieron al borde de la extinción debido a la caza mayor. Pero gracias a los programas de protección de la especie, actualmente se calcula que hay una población de 125.000 ejemplares. De esa cifra, 5.000 se encuentran en Alaska, como los dos machos que luchan por el favor de una hembra en nuestra foto de hoy.