Colibrí de garganta roja libando el néctar de una tronadora en el condado de Texas Hill, EE.UU.
© Rolf Nussbaumer/Danita Delimon
Llévame al sur. Rumbo al sur
El colibrí de garganta roja que hoy te mostramos en nuestra imagen está recargando el depósito antes de emprender un largo viaje para pasar el invierno en climas más cálidos. Ha sido fotografiado en Texas, Estados Unidos, y pronto migrará a tierras mexicanas, o incluso más lejos, hasta algún país de Centroamérica. Así que necesita estar bien alimentado, porque deberá cruzar el golfo de México sin hacer escalas durante al menos 800 kilómetros, lo que puede llevarle de 18 a 22 horas a una velocidad media de 50 kilómetros por hora.
Esta especie pesa menos que una moneda de 20 céntimos de euro (entre 2 y 6 gramos), pero bate sus alas a una velocidad frenética. De media da 53 aleteos por segundo, y en la época del cortejo los machos pueden llegar hasta los 200. Para mantener ese ritmo tienen que comer diariamente el doble de lo que pesan, con una dieta que se compone principalmente de néctar, aunque ocasionalmente también cazan insectos. Sobre todo en las semanas previas a su periplo migratorio.