Mirlo en un manzano silvestre de Wiltshire, Reino Unido
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Manzanas de otoño. La fruta mitológica
La manzana es una de las frutas más populares de todo el mundo. Su origen exacto no está claro, pero se cree que proviene de algún lugar de Asia entre el Cáucaso y la frontera china de Kazajistán. Lo que sí se sabe es que lleva en la tierra más de 15.000 años porque se han encontrado fósiles que así lo atestiguan, y que se cultiva como mínimo desde el siglo XII en la cuenca del Nilo. En la mitología griega ya aparece como el fruto de la discordia que provocó la Guerra de Troya. Y en la religión cristiana, como el manjar prohibido que desencadenó la expulsión de Adán y Eva del paraíso. La utilizaron los hermanos Grimm en su cuento de Blancanieves. Y en su día se dijo que también inspiró a Newton para descubrir la teoría de la gravedad, aunque este dato no está confirmado.
Sea como fuere, existen más de 7.500 variedades de manzanas. Y su distribución es global, porque el manzano, del tipo que sea, se amolda bien a casi cualquier clima y no necesita grandes cuidados. En nuestra foto de hoy vemos a un mirlo comiendo manzanas silvestres en un jardín del Reino Unido. A Europa llegó procedente de Asia. Y desde aquí saltó también a América con la colonización del nuevo mundo. A España la trajeron los romanos y desde entonces hemos sido uno de los mayores productores de Europa, con más de 40.000 hectáreas cultivables y una producción que ronda las 600.000 toneladas anuales.
Se consume desde que el hombre decidió llevarse algo a la boca. Y a lo largo de la historia se le han atribuido numerosas propiedades curativas. Funciona como antiinflamatorio estomacal y como antiácido natural, como diurético, astringente y laxante al mismo tiempo dependiendo de cómo y a qué hora se ingiera, y gracias al fósforo que contiene también ayuda a controlar el colesterol, además de actuar como vasodilatador que regula la tensión arterial.